Ayer fui a conocer el local nuevo de una amiga. Ella volvió a vivir a Azul hace unos años y empezó vendiendo ropa y accesorios en su casa. Después se alquiló un local chiquito y pasados unos años se mudó a otro más cerca del centro. Hace una semana exactamente hizo un gran cambio a un negocio mucho más grande, en una zona más transitada, un local hermoso donde toda la ropa y accesorios que vende se lucen un montón por el espacio que tiene el lugar.
Ella siempre le puso toda la garra, pasó por momentos complicados como toda persona que se dedica al rubro comercial en Argentina.
A la noche me quedé pensando en todo su proceso de crecimiento, en cómo le pone todo para seguir evolucionando y avanzar en su emprendimiento. Y pienso cuánto más fácil es cuando nuestra actitud es positiva, cuando tenemos buenos pensamientos, cuando a pesar de lo malo, no nos rendimos por lo que queremos y creemos.
Y tener una actitud positiva no es negar la realidad o tener la cabeza vacía, muy por el contrario es a pesar de lo malo, lo difícil, lo complicado, es seguir teniendo una sonrisa, es seguir luchando, es seguir dando pelea. A veces hay que darle un giro para que la cosa funcione, doy fe con mi propio emprendimiento. Ser cabeza dura e inflexible no ayuda. Si no funciona hay cosas que se tienen que cambiar.
A mí me sirve escuchar a gente que sabe, que hace mentorías a emprendedoras. A veces hay cuestiones que son duras de escuchar y digerir pero con el tiempo nos damos cuenta de que eran ciertas.
Y una buena actitud nos ayuda en todos los ámbitos de la vida, no solamente en lo laboral. Yo lo tuve que aprender a la fuerza, con todas dificultades que me trajo la maternidad y siempre repito que o me tiraba en una cama a llorar por lo que me tocó o me enjuagaba las lágrimas y arremetía con todo. Mi naturaleza me hizo elegir por la segunda opción. ¿Me canso? Sí. ¿Me angustio? Sí. Pero como dicen los mexicanos “una lloradita y a seguir”.
Y para terminar te dejo esta frase que me parece espectacular:
10% de la vida es lo que te pasa, el otro 90% es cómo reaccionas a ello.
Si llegaste hasta acá, ¡muchas gracias!
¡Hasta la próxima!
Eugenia