Rescatar lo positivo

Siempre hay que rescatar lo positivo. 


A veces cuesta porque nos centramos en lo malo que nos pasa, pero si buscamos, siempre en todo lo malo que nos pasa, podemos encontrar algo bueno. ¿Estoy loca? ¿Soy optimista? ¿Soy negadora? Creo que trato de pasar lo malo de una mejor manera y ahí nos damos cuenta de que lo malo, no es tan malo. 


Te cuento una anécdota. Ayer fui a una feria en Pablo Acosta. Es un paraje a 50 km de Azul. Hay que salir a la ruta, después tomar una ruta provincial que te lleva a la boca de las sierras, pasas por el Monasterio Trapense, el parque eólico instalado hace poco. Es todo un circuito turístico que vale la pena conocer.


Cargué mi auto con toda la ropa, el perchero (desarmable), el espejo, mesita, sillas, todo lo necesario para una feria y me fui con Mora, mi hija de 13 años. Ella es mi gran compañera en esta locura de emprendedora. ♥️


Llegamos, armamos todo, un sol que rajaba la tierra y estábamos sin reparo, al rayo del sol (nadie nos advirtió y yo no me di cuenta de llevar un gazebo, una sombrilla). A mí se me había ocurrido llevar protector solar que nos vino bárbaro.


Empezó a transcurrir el día, había bastante gente pero poca se acercaba a los puestos a mirar. 


La única ráfaga de viento que hubo en todo el día fue letal. Me tiró el espejo y se quebró en varios pedazos. El perchero también tuvo lo suyo. Alcancé a hacer una maniobra para atajarlo pero también se cayó al piso y mis compañeros del puesto de al lado me ayudaron a levantar todo.


En ese momento es cuando te vienen las ganas de llorar porque si hay algo que le pongo a este emprendimiento es garra. Viajo toda esa distancia para armar mi puesto, transcurre el día y ya ves que no vas a vender, se te rompe el espejo, se te ensucia la ropa, ya está. Tachame la doble!


Más tarde vinieron mi marido y mi hijo más chico. Tomamos unos mates. Compartimos en familia. Mora ya estaba cansada. Se volvieron a casa. Yo me quedé un rato más. 


Se acercó una señora muy linda que la escucho que dice "éstos son los NUU, a ver…" y eso me llenó el alma. Alguien que reconoce mi marca. Nos pusimos a charlar. Le ofrecí llevarle el bolso NUU a su casa así se probaba tranquila. 


Después vino Cecilia, una señora que me dice "yo te conozco". La verdad yo vivo en un tuper sepan disculpar, también nos pusimos a conversar. Y me cuenta que le encantan las remeras con frases. También quedamos en contacto.


En toda una jornada de feria, estas dos personas valieron mucho la pena.


Desarmé todo. Agradecí a quienes me invitaron y me volví a casa.


Y el regalo que me esperaba fue maravilloso. Mágico. Todo ese camino de vuelta que les conté al principio con un atardecer que me llenó de felicidad. El sol escondiéndose en ese paisaje, yo sola y mi alma, manejando, escuchando la música que me gusta…y cuando estoy llegando a casa aparece una luna gigante que recién asomaba, más no podía pedir. 


Si me centrara en que no vendí, la nafta hasta el lugar, el espejo roto y otras yerbas es todo un garrón. Prefiero enfocarme en que mi familia me acompañó, en esas dos personas que conocí, en ese paisaje que no tiene precio y es un regalo, una señal de que todo va a estar bien.


Siempre, siempre hay que rescatar lo positivo. 


Gracias por leer hasta acá. 🙏


¡Hasta la próxima!


Eugenia 

NUU kimonos 



Mi carrito