Cuando empecé con NUU, como nos pasa a la mayoría de las emprendedoras, arranqué ocupando varios espacios de la casa. Era un caos…la mesa de costura con la máquina en mi dormitorio, el perchero en el comedor, en fin…estuve al borde del desalojo familiar.🤪
En el verano del 2020, antes de la pandemia, hicimos el garaje de casa y en el proyecto incluimos el taller de costura.
El taller es mi lugar en el mundo. El lugar donde soy feliz, donde el tiempo no pasa, los problemas pasan a segundo o tercer plano, donde tengo todas mis cosas, luz que entra por las ventanas, silencio o mi música, mi paraíso en unos pocos metros cuadrados.
Además lo planeamos para que el acceso sea independiente de la casa. Si viene una clienta entra directamente al taller sin entrar a la casa.
Pero como en todas las historias hay un “pero” y no todo es color de rosa, tener el taller en casa tiene sus desventajas.
Es difícil cortar con el trabajo, distinto a estar afuera que tenés los horarios más organizados. En casa voy, vengo, hago una tarea de la casa y me voy un rato a terminar un trabajo pendiente. Me voy a llevar a mis hijos a algún lado y en el rato libre continúo con la costura. Es difícil organizar el horario de trabajo estando en casa.
Algunas veces pasa que una clienta como sabe que el taller es en mi casa, pasa en el horario que le queda cómodo sin considerar que tal vez en ese horario yo estoy en casa pero no con la costura. En un local es diferente porque hay un horario y si vas cuando querés, tal vez está cerrado. Por suerte son las menos porque en general me escriben antes para coordinar la visita, pero que las hay las hay! 🤷🏻♀️
Otra desventaja de trabajar en casa, al menos desde mi experiencia, es que se minimiza el trabajo. Si salís a trabajar ocho horas diarias, ahí sí se considera que trabajas, ahora si lo haces desde tu casa no se toma en serio, se lo subestima y se le baja el precio.
A pesar de todo ésto que te cuento, por el momento me resuelve un montón trabajar desde casa porque con mi hijo más chico se me complicaría hacerlo afuera. Tendría que tener otra estructura armada para llevarlo y traerlo o acompañarlo en sus tareas.
Todo puede cambiar obviamente, pero hoy sigo eligiendo trabajar desde casa. Tal vez tendría que organizar mejor los horarios, administrar mejor mis tiempos.
Y además, cómo te conté al principio, mi taller es mi lugar feliz, mi espacio para crear, para estar tranquila, para desarrollar mi pasión: la costura.
Gracias por leer hasta acá.
¡Nos vemos la próxima!
Eugenia
NUU 🧵