En el mundo de hoy donde vivimos bombardeados de información por todos lados, hay una demanda permanente, una exigencia que tenemos que saber todo y de todos los temas.
Particularmente en mi labor, la costura, hay muchísimos saberes para aprender, por ejemplo moldería que es bastante compleja y el primer paso donde se asegura el éxito o fracaso de la futura prenda. Si partimos de un mal molde es muy probable que la prenda no quede bien. Después está la confección que es tema aparte. Llena de secretos y trucos para que todo quede prolijo e impecable. En Pinterest o Youtube se ve fácil, muy fácil…pero cuando te ponés a ejecutarlo no lo es tanto. La práctica lo es todo. Sentarse a coser una y otra vez nos da experiencia. Descoser también. Se aprende haciendo.
Ahora bien, en mi caso que empecé a coser de grande y encima me embarqué en un emprendimiento 🤪 aún hay cosas que no sé. No lo sé todo, te diría que sé poco, me faltan miles de cosas para aprender. Entonces cuando una clienta me pide algo y yo sé que no está a la altura de mis conocimientos, digo que no y le recomiendo a alguien que sí sabe hacerlo. Conozco mis limitaciones, sé qué trabajos puedo hacer de acuerdo a mi saber y cuáles no.
Decir que sí a algo que no está a mi alcance es complicarme, es un riesgo porque cuando entrego un trabajo pretendo que esté impecable. No puedo entregar una prenda mal terminada o desprolija.
A veces tomo algunos desafíos porque creo que ya es tiempo de encararlos y además sé que cuento con personas generosas a las que puedo recurrir para que me ayuden, me enseñen y me rescaten según el caso.
Creo que es un buen ejercicio aprender a decir “no sé”, es ser honesta con una misma y con el otro también, no complicarme y elegir qué puedo hacer y que no, de acuerdo a mis conocimientos. Mientras tanto sigo aprendiendo, me sigo capacitando para que tal vez un “no sé” se transforme en un “sí, dale lo hago”, sin prisa pero sin pausa, a mi ritmo, disfrutando del proceso de aprendizaje.
¡Nos encontramos la próxima!
Eugenia
NUU 🧵