Desde chica tuve el espíritu emprendedor.
Cuando estaba en la primaria, con mi amiga Laura, hacíamos pulseras y las vendíamos en la vereda de su casa. Ella vivía a una cuadra de la salida del Parque de Azul y era una zona muy transitada, pero claro la gente salía del parque en el auto y jamás se detenía en nuestro puesto.
Con otra amiga, Guille, armábamos un kiosco también en la vereda de su casa. Acá ya estábamos en un lugar donde pasaba menos gente, así que como no vendíamos nada nos íbamos comiendo todo nosotras. 😂
Pienso que con estas experiencias fui forjando la frustración para los momentos que no hay ventas. 🤪
Ya en mis veintitantos y a pocos meses de vivir en Bariloche, abrimos junto a otra amiga un cyber café. Y las nuevas generaciones no tienen ni idea de qué se trata. En los 2000 internet no era como es ahora que accedes desde un teléfono, tampoco había celulares como hay ahora. Cuando alguien necesitaba usar internet, iba a un local, pedía una computadora y se conectaba. Nosotras le agregamos el servicio de cafetería y comidas rápidas. Fue una época hermosa de mi vida.
Estudié Hotelería y estuve vinculada a ese rubro mucho tiempo, también a la Gastronomía. De hecho sigo en el rubro porque en el año 2009, al poco tiempo de vivir en Azul, provincia de Buenos Aires, abrimos con mi marido Sebastian un complejo de cabañas para turismo, que es nuestro emprendimiento familiar.
Hace diez años, descubrí la costura y encontré una gran pasión. Así fue que empecé con NUU. Ya voy a cumplir cinco años con este emprendimiento que amo y me hace tan feliz.
Desde chica y sin saberlo también estuve vinculada al mundo de la ropa desde lo lúdico porque jugaba a que tenía una fábrica de medias “Medias mil” se llamaba y también jugaba a que vendía remeras. Con las hojas de una revista, las cortaba, las doblaba y armaba las pilas de remeras y se las vendía a mi abuela y mis tías.
Pienso que un poco estas ganas de emprender las heredé de mi papá. Un referente para mí de emprendedor y hacedor. Hoy con sus ochenta y tantos sigue pensando en hacer cosas nuevas, en seguir emprendiendo.
Creo que una persona con espíritu emprendedor tiene una llama que nunca se apaga. Siempre está buscando cosas nuevas para hacer.
Vos qué opinas ¿Se nace con ese espíritu emprendedor o se hace con el correr de los años?
Gracias por acompañarme hasta acá.
¡Nos vemos la próxima!
Eugenia